Hoy en día, una de las expresiones más comunes en diversos adultos es: ¿Cómo pudimos vivir sin celular? El teléfono celular se ha vuelto una herramienta de comunicación indispensable. Hace no tanto tiempo, cuando surgió, era un privilegio. Era muy caro y físicamente grande y estorboso. Sin embargo, con el rápido avance de la tecnología se ha vuelto, en muy poco tiempo, parte de nuestro estilo de vida. 

La telefonía móvil tiene grandes ventajas. Acorta distancias. Podemos establecer contacto rápido con la persona que necesitemos, no importando el lugar en el que se encuentre. El usuario de este servicio dispone las 24 horas del día de cobertura. Todo esto gracias a que este dispositivo es totalmente portátil. 

Sus beneficios son amplios. No sólo se limita a la comunicación a través de texto o voz. Ofrece la opción de conectarse a Internet, tomar fotos, videos y enviarlos a otros usuarios. Jugar en red, ver televisión, entre muchas más opciones que se asemejan al uso común de la televisión o la computadora. Se ha vuelto, inclusive, una forma de distracción por las opciones de comunicación y entretenimiento que ofrece. 

Diversas personas se han vuelto dependientes de esta tecnología. Una sensación común que aborda a los que usamos el celular cuando se nos olvida o no lo tenemos cerca, es una gran ansiedad y expectativa al no saber quién nos llama o envía mensajes. De hecho, frases como “¡me siento incomunicado!, o ¡sin mi celular es como estar desnudo!”, en la actualidad, por descabellado que parezca, se emiten con regularidad. 

El “Celular” se ha vuelto un medio de comunicación de uso masivo. En México y en el mundo, cada día son más los usuarios que se suman a las compañías de telefonía móvil. No sólo adultos sino niños y adolescentes adquieren equipos de última generación. 

Así como es una herramienta sumamente útil, en ciertos momentos se puede volver una pesadilla. Esto es lógico porque en realidad, ¿quién nos enseñó a usar el celular? En la parte técnica no radica el problema porque en el paquete se incorpora un libro con claras explicaciones sobre sus funciones. No obstante, en lo que respecta al protocolo sobre su uso en los ámbitos en donde nos desenvolvemos, realmente muy pocas personas lo conocen. 

Esto genera interrupciones, imprudencia, enfados, hasta una gran falta de educación en ciertas situaciones. Es por ello que a continuación te presento el protocolo que te recomiendo seguir al usar el teléfono celular: 

• No permitas que interrumpa tus citas personales y de negocios
• No lo coloques en la mesa del restaurante o evita recibir llamadas durante una comida de negocios (a menos que tengan relación con la misma)
• Ponlo en alerta y cercano al cuerpo
• Aíslate para contestar una llamada durante algún evento o cita de negocios
• Apágalo en: espectáculos, aviones, gasolineras, funerales y misas

Por otro lado, vale la pena tomar en cuenta que el celular no es un accesorio en nuestro guardarropa. Por ello, no deberá sujetarse del cinturón. Este es un hábito más frecuente en los caballeros. Si tienes esta costumbre, te sugiero guardarlo en el bolsillo de tu pantalón. De lo contrario, si usas traje y cruzas el saco, se verá un bulto enorme a la altura de la cintura. Además, un celular a la vista, proyecta que debes reportarte con un superior. La mujer deberá guardarlo en su bolsa y no en su pantalón. Es más profesional.