De la falda al pantalón, del sombrero al cabello suelto, del hogar a la oficina, de la sumisión a la independencia. Han sido diversos y fuertes los cambios que hemos experimentado las mujeres a lo largo de los años. Uno de los tantos cambios que hemos experimentado se manifiesta en nuestra imagen. Lo que proyectábamos antes y lo que comunicamos ahora es completamente distinto. 

Pensemos por ejemplo en nuestro arreglo. Hace varios años el uso del sombrero, los guantes y la bolsa perfectamente coordinados entre sí, eran complemento básico de un vestido. Décadas atrás, era impensable entrar a la iglesia sin velo o con los hombros descubiertos. El uso del pantalón era exclusivo de los hombres, las faldas imperaban. Y, ¡qué decir del cabello! Peinados de salón, con crepés y altos copetes eran lo adecuado.

Se nos educaba para ser madres y buenas administradoras del hogar. Estudios en la Universidad no eran realmente la meta, tal vez sí la preparación en áreas relacionadas directamente a la educación y formación de un hogar y una familia sólida. Las carreras de Ingeniería estaban abarrotadas por caballeros. Predominaba un estilo más conservador al vestir y, por ello, la mujer representaba más edad a diferencia de la que representamos ahora. 

Los tiempos cambian y con ellos nosotros también. No se puede decir que una época sea mejor que otra, sin embargo, es un hecho que en esta evolución lo que proyectamos con nuestra imagen es reflejo del tiempo que vivimos. 

En la actualidad las mujeres proyectamos mayor independencia, autosuficiencia y control sobre nuestra vida. Jugamos, eso sí, más roles, y por ello, las exigencias son altísimas. En muchas ocasiones, por desempeñar el papel de mujer, esposa, ama de casa, profesional, amante, etc. no tenemos el tiempo suficiente para nosotras. Y esto, por supuesto, se refleja en nuestra imagen. 

De igual forma, la percepción sobre nuestros cuerpos ha cambiado. Ahora el body-positivity está a todo lo que da y eso ha logrado que millones de mujeres abracen su cuerpo que desde hace mucho tiempo atrás se nos enseñó a odiar por no cumplir los estándares de belleza. Mujeres esbeltas, mujeres medianas y mujeres curvy ahora pueden verse y lucir su cuerpo mediante su estilo personal.

Reflexionemos cada una sobre nuestros logros, nuestro estilo de vida, nuestras metas personales. Valoremos nuestros alcances. Continuemos superándonos sin olvidarnos de nuestros espacios porque de esta manera seremos mujeres más plenas. ¿Por qué buscar nuestra otra mitad, si nosotras ya somos mujeres completas?

Una mujer con actitud debe proyectarse como tal. Si no sabes cómo proyectar esta actitud, contáctame al correo contacto@agencia-alterego.com o vía WhatsApp al 221 206 37 01

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