Se estima que entre un 60 y un 70% de lo que comunicamos lo hacemos a través del lenguaje no verbal. Nuestros gestos, apariencia, postura, mirada y expresión facial nos delatan sin necesidad de decir una sola palabra. Con cierta postura, mirada o gesticulación podemos hacer sentir a los demás incómodos, nerviosos o molestos o, por lo contrario, alegres y optimistas.
La sonrisa es un medio importantísimo para transmitir cientos de emociones. No sólo expresa alegría también puede indicar inseguridad, frustración o cinismo. Sin embargo, una sonrisa de felicidad tiene grandes beneficios físicos. 20 segundos de risa equivalen a 3 minutos de ejercicio constante en el gimnasio. Los músculos de la cara, tórax y abdomen se relajan y se contraen con gran velocidad mejorando su tono. Cuando reímos, nuestros ojos adquieren un brillo inconfundible, aumentan las secreciones lacrimales, de orina y saliva que son reguladas por el sistema nervioso.
Un grupo de psicólogos y asesores de imagen en Italia determinaron el papel que juega la sonrisa en el ámbito profesional de cualquier empleado. Investigaron a 150 personas a quienes capacitaron específicamente para sonreír. El 47% de los consultados consideró que auto sonreírse les mejoraba el ánimo durante la mañana. Poco más del 40% afirmó que sonreírle a extraños y obtener retroalimentación incrementaba su capacidad para iniciar la jornada laboral. El 68% señaló que después de sonreír tenía mayor disposición para relacionarse con compañeros de trabajo y directivos.
Una persona que sonríe en el ambiente laboral transmite una imagen segura y confiable. Asimismo, se le percibe como alguien creativo y satisfecho. Salud, juventud, actitud positiva, buenas relaciones interpersonales y una imagen agradable son aspectos que siempre irán de la mano con personas que sonríen.
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